- En 2018 las instalaciones dieron servicio a una población censada equivalente de 63.582 personas.
La Diputación Provincial de Castelló y FACSA, dentro de su compromiso con el medio ambiente y la calidad en el servicio a la ciudadanía, especialmente la que reside en los núcleos poblacionales de menor tamaño, han ampliado su plan de trabajo en materia de tratamiento de aguas residuales. Únicamente durante 2018, las instalaciones gestionadas por la compañía de Grupo Gimeno depuraron un caudal de 6.219.631 m3 y dieron servicio a 99 municipios de menos de 5.000 residentes, lo que implica un cómputo global de 61.383 habitantes equivalentes y 63.582 habitantes censados.
El diputado provincial del Ciclo Integral del Agua, Juan Bautista Juan, ha explicado que «el servicio de depuración de aguas residuales es fundamental para el Gobierno Provincial en nuestra apuesta por igualar las oportunidades en todo el territorio y, por supuesto, con el respeto y cuidado a nuestro entorno natural. Son instalaciones que requieren de una importante inversión para realizarlas, y también para su mantenimiento, instalaciones poco vistosas pero indispensables para seguir mejorando la calidad de vida en la provincia de Castelló”.
Estas instalaciones alcanzaron un rendimiento medio del 95% y su funcionamiento continuado evitó el vertido al medio ambiente, tanto de materia orgánica como de sólidos en suspensión, en las siguientes cantidades: 1.136 Tm de contaminación en forma de Demanda Biológica de Oxígeno (DBO5), 2.673 Tm de contaminación en forma de Demanda Química de Oxígeno (DQO) y 1.069 TM de contaminación en forma de Sólidos en Suspensión (SS).
A su vez, como subproducto a consecuencia de dicha depuración, se produjeron 4.717 toneladas de fangos de excelentes cualidades agronómicas que se aplicaron como abono para fertilizar una superficie de más de 690 hectáreas.
Control de vertidos
Tanto FACSA como la Diputación Provincial de Castelló, en colaboración con los ayuntamientos, han incrementado las tareas de control para evitar que los vertidos industriales acaben en la red de alcantarillado. En ese sentido, en Vall d’Alba se ha puesto en marcha un servicio especial de control que opera como policía de vertidos y que permite garantizar el adecuado cumplimiento de las ordenanzas municipales en esta materia. Un dispositivo que, además de minimizar las afecciones sobre el proceso depurativo de las EDAR, favorece la posible revalorización agrícola de los fangos producidos.
Además de invertir 5.539.206,44 euros en el mantenimiento de estas instalaciones, en 2018 se destinaron 162.167,08 euros a mejorar las infraestructuras ya existentes. Actuaciones entre las que destaca la optimización del sistema de aireación de la EDAR de Cervera -lo que posibilitará un ahorro energético de 5.000 kw/año-, así como diversas adecuaciones y mejoras en las EDAR de Lucena, La Llosa, Costur, Xilxes, les Coves de Vinromà, Morella, Cervera, Benassal, Traiguera y Montán, así como la puesta en marcha de la estación de bombeo (EBAR) de la pedanía de La Baseta.
También durante el año pasado se pusieron en marcha dos nuevas instalaciones, ubicadas respectivamente en las localidades de Barracas y Xodos, a las que en 2019 se sumarán otras dos en Argelita y Matet.
Estas cifras avalan el crecimiento que ha experimentado el servicio, que arrancó en 1994 con 16 instalaciones, 23 empleados y un caudal de agua residual de 952.947 m3 y en la actualidad emplea a 106 personas que, junto con el personal del Área Técnica de la Diputación Provincial de Castelló, se encargan de llevar a cabo las tareas de explotación y mantenimiento de las instalaciones.
Y es que, junto al incremento en el número de instalaciones, el servicio también ha evolucionado en la calidad de tratamiento de las aguas residuales, al aumentar los rendimientos de depuración.