La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, acompañada por el concejal de Servicios Públicos, Playas y Turismo, Joan Antoni Trenco; y el técnico municipal, Francisco Lozoya, ha inaugurado el nuevo depósito de agua de la población de Almassora, que desde hoy se encuentra en funcionamiento.
Al acto también ha asistido personal de Facsa, empresa concesionara del servicio de abastecimiento de agua potable y alcantarillado de Almassora encargada de construir el nuevo depósito. Concretamente Pascual Maximino, director del área de Abastecimiento; Rafael Ferre, coordinador de zona; y Patricia Agrasar, jefa de servicio.
La nueva infraestructura de almacenamiento de agua -situada en el mismo emplazamiento que ocupaba el depósito antiguo- triplica la capacidad del anterior al pasar de los 1.700 metros cúbicos a los 5.000 metros cúbicos. El objetivo de esta nueva instalación es ofrecer a los vecinos y vecinas mejores prestaciones y garantizar el suministro de agua potable en las franjas horarias de máximo consumo.
Este nuevo sistema de almacenamiento recibe el agua procedente de los pozos 1 (local), 2 y 3 -situados a casi un kilómetro de distancia- y, a su vez, este depósito llena mediante una válvula motorizada, el depósito de Relevación. Cabe destacar que ahora entre ambos depósitos suman un total de 7.000 metros cúbicos y que gracias a la nueva infraestructura se ha logrado eliminar las pérdidas de agua que se producían por las grietas y fisuras que presentaba el antiguo depósito.
El consistorio ha recordado que la zona de la playa, hasta el momento, recibe el agua procedente de un punto de entrega de Castelló, “sin embargo, con este nuevo depósito la localidad evitaría tener que depender del municipio vecino en caso de ejecutar en el futuro la obra de nueva conducción a la playa”.
Renovación de materiales
Es importante recordar que las mejoras anunciadas para este año se suman a los 200.000 euros invertidos anualmente desde el 2018 hasta fin de contrato. Entre los objetivos del consistorio y Facsa se encuentra el de eliminar progresivamente el fibrocemento de las tuberías antiguas y sustituirlo por materiales más duraderos y sostenibles que mejoren el servicio.