Con motivo del Día Mundial del Saneamiento, que se conmemora este domingo 19 de noviembre, el Ayuntamiento de Toledo y Tagus han puesto en marcha la campaña de concienciación ciudadana ‘El caos de las toallitas’. Una iniciativa que persigue transmitir a la sociedad la importancia de hacer un correcto uso de este tipo de productos para evitar consecuencias económicas y medioambientales.
En ese sentido, la concejala de Servicios Públicos y Sostenibilidad, Eva Jiménez, ha señalado, durante la rueda de prensa de presentación de la iniciativa, que las toallitas “nos generan graves problemas en la red de saneamiento, provocando frecuentes obstrucciones en las canalizaciones”. Asimismo, ha recordado los efectos medioambientales que tiene arrojar las toallitas al inodoro “ya que estas toallitas húmedas no son biodegradables y no deben lanzarse al WC a diferencia del papel higiénico”.
Jiménez ha resaltado la preocupación del Consistorio y la empresa concesionaria del servicio de agua por este problema, hecho que “nos ha llevado a elaborar esta campaña con el objetivo de concienciar al conjunto de la ciudadanía y, de este modo, lograr su compromiso”. La campaña tendrá varias fases de difusión y estará presente de forma visible en toda la ciudad mediante carteles y otros soportes además de difusión en las redes sociales bajo el lema “#evitaelcaos”.
Más de 200.000 euros
La edil ha asegurado que el mal uso de las toallitas se traduce en “elevados costes de limpieza y desatranques, que en el caso de Toledo ascienden a más de 200.000 euros al año”, aparte de las incidencias que puedan surgir en las plantas de depuración.
A su vez, según ha explicado el responsable de Tagus, Luis Soto, “cuando un hogar sufre una avería, es solo la punta del iceberg de un problema mucho mayor. La motivación que ha inspirado esta iniciativa es que, con la colaboración de todos, de un pequeño gesto tan sencillo, como es el uso correcto de las toallitas, ayudamos a preservar el medio ambiente y a tener una mejor calidad de vida”.
Precisamente este símil con el iceberg, es el que el Ayuntamiento de Toledo y Tagus han querido reflejar en su imagen de campaña, pudiendo ver así de una manera gráfica y directa los efectos que hay detrás de arrojar las toallitas en el inodoro en lugar de en la papelera. La iniciativa se concreta en el reparto de folletos y carteles con los principales mensajes, así como la difusión de los mismos en las redes sociales.
Objetivos de la campaña
‘El Caos de las Toallitas’ busca, por tanto, modificar en la población general el hábito de tirar las toallitas húmedas al inodoro, concienciar sobre las consecuencias económicas y medioambientales de esta deposición errónea de las toallitas y educar para rebatir la creencia de que la mayoría de ellas son biodegradables al entrar en contacto con el agua, a pesar de que lo indique el propio etiquetado del envase. Y es que gran parte de las toallitas que se utilizan a diario en los hogares van a parar a los sistemas de alcantarillado y las estaciones depuradoras de aguas residuales y en última instancia al medio ambiente.
Un problema económico y ambiental
La concejala ha explicado que la acumulación de residuos de este tipo afecta a diversas partes del sistema de saneamiento, en especial, en las estaciones de bombeo o puntos de la red donde se impulsan las aguas residuales del alcantarillado hasta la depuradora para su tratamiento. Los problemas técnicos son más graves en las instalaciones que no disponen de rejas automáticas y en caso de episodios de lluvias intensas, ya que los restos acumulados forman tapones en las alcantarillas y estaciones depuradoras.
Estas acumulaciones ocasionan atascos y malos olores en las arquetas de las viviendas, además de provocar obstrucciones y daños en el alcantarillado y en las propias estaciones de bombeo.
El vertido de toallitas al inodoro también tiene consecuencias medioambientales. Estos productos están fabricados con materiales plásticos que nada tienen que ver con la celulosa del papel higiénico. De hecho, están tejidos, por lo que no se deshacen en el agua. Además, están impregnados de aditivos que al entrar en contacto con el agua la contaminan y deben de ser tratados en la estación depuradora, ha comentado Luis Soto. E incluso durante fuertes lluvias, pueden terminar en playas y ríos.