El compromiso de la administración pública por la sostenibilidad se extiende al tejido empresarial valenciano, que actualmente impulsa iniciativas para mejorar procesos de producción ante una normativa y unos clientes cada vez más exigentes. Con todo, la colaboración público-privada se vuelve fundamental para crear sinergias y acelerar al máximo la descarbonización, así como para trasladar a toda la sociedad la importancia de ser responsables con el medioambiente.
Sobre los ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles) y 12 (Consumo y producción responsable) debatió Jose Claramonte, director general de Facsa, junto con representantes del sector público valenciano -Antonio García, director general de València Capital Verde Europea 2024, y Sylvia Andrés, directora gerente del Palacio Congresos de València- y de los institutos tecnológicos -Laura Olcina, directora gerente de ITI-.
Durante su intervención Claramonte indicó que “el reto que tenemos es mantener la cantidad y calidad del agua suficientes para nuestro Estado del Bienestar, eso requiere inversión continua”. Asimismo, subrayó que la garantía de futuro pasa, además de por las fuentes convencionales de agua superficial o subterránea, por la aplicación de tecnologías innovadoras al ciclo del agua o procesos punteros como la desalación. “Tenemos que implementar estas tecnologías, con la sensorización y optimización de procesos, la Inteligencia Artificial y los gemelos digitales, para tener las mejores estrategias y tomar las iniciativas más adecuadas”. Además, el director general de Facsa quiso dejar un mensaje rotundo: “O mejoramos en la eficiencia o no vamos a tener agua para todos”.
El encuentro contó también con la apertura institucional de Carlos Mundina, concejal responsable del Área de Mejora Climática y Gestión del Agua en el Ayuntamiento de València, y con el cierre de Marta Torrado, concejala responsable del área de Bienestar Social del consistorio valenciano.